No se vosotros, pero yo siempre acabo con un cajón lleno de papeles variados. Me gusta aprovechar el papel al máximo, pues es algo que uso además a diario, sobre todo para trabajar (tomar notas, bocetos, etc). Uso folios ya impresos por una cara o cuadernos, de los que voy llenando hojas y hojas hasta que quedan muy pocas, y acabo usando otro nuevo. Esas pocas hojas sueltas, acaban acumulándose en un cajón de la casa, esperando una oportunidad para ser usadas.
Con este DIY, doy salida a esos papeles sin usar, de una forma útil.
Para este caso, he decidido usar papeles de colores. Lo primero es definir el tamaño a usar. Yo he partido los papeles (tamaño A4) por la mitad, y luego, esa mitad la he doblado por su mitad (primero partido, luego sólo doblado, importante).
Una vez doblados todos los papeles, los he dispuesto en grupos, por colores. Esto puede variar, pues ahí depende del efecto que se quiera usar.
Mi intención era usar los cuadernillos de papel y coserlos uno detrás de otro (ver foto).
Una vez dispuestos, marco con un lápiz la distancia que llevarán luego las puntadas, y realizo los agujeros correspondientes con la ayuda de una chincheta, aguja o algo por el estilo.
Una vez estén todos los folios agujereados debería quedar algo por el estilo:
Para terminar el cuadernito, necesitaremos unas tapas. Yo para este caso he usado una cartulina gruesa, de color blanco, para poder decorarla más tarde. El procedimiento es prácticamente el mismo: se corta la cartulina del tamaño de las hojas (1/4)y se perfora a la misma distancia que el resto.
Ahora viene la parte más "laboriosa", hay que coser entre si las tapas y las hojas. Aquí surgió el problema. Mi intención era usar un punto como el del siguiente video (viene muy bien explicado)
Mi problema fue que los papeles que utilicé eran demasiado frágiles para este tipo de puntada y se rasgaban con facilidad. Otro problema fue que los agujeros de la cartulina estaban demasiado cerca del borde, por lo que tampoco soportaba este tipo de punto.
Mi solución, mucho más fea en resultado, fue al final, en vez de coser libro tras libro, coser uno dentro de otro, por el centro. Realicé nuevas perforaciones en las tapas, algo más alejadas del borde.
Obviamente, el resultado no fue el esperado, pero los papeles han quedado cosidos entre si, cumpliendo su función. Eso si, la lección está aprendida ;)
A raíz de este cambio de última hora que tuve que hacer, surgió otra pega: los papeles ya no quedaban bien de largo. Ahora los papeles que estaban en el centro sobresalían del resto. Esto se puede solucionar con una guillotina para papel, con la consecuencia de que las hojas centrales sean de menor tamaño que el resto. Como es un fallo "menor" (no sobresale tanto) el mio lo he dejado como está.
Por último, decoré las tapas con un diseño sencillo, con rotulador.
Para mantenerlo cerrado, uso una goma -como las que vienen en las verduras-
Este cuaderno va directo al bolso |
Por otro lado, y dependiendo del papel que se quiera utilizar (o adornos) puede llegar a resultar caro de realizar -si para este caso hubiese comprado los papeles, no habría salido a cuenta- .
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Por mejorar: La técnica de cosido necesita ser aprendida y tenerla en cuenta en todo momento. Una organización previa es básico. Al no ser especialmente complicado, permite usar todo tipo de materiales (por ejemplo, decorar las tapas con telas o con collages).
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