Ayer fue un día especial. No para mi directamente, pero sí para alguien muy cercano.
Una gran amiga, que tras tiempo dándole vueltas, ha decidido tomar las riendas de su vida y emprender.
En su caso, peluquera, trabajando siempre por cuenta ajena, con contratos mal pagados, trabajando más horas de las contratadas. Pero ella es buena en su trabajo (te lo digo porque me lleva peinando, cortando y tocándome el pelo casi 10 años... y no me gusta que me toquen el pelo, pero en sus manos me dejo hacer cualquier cosa). Tiene un buen producto (en este caso, su trabajo) así que ha decidido darle una oportunidad y establecer su propio local.
Ayer, como te cuento, celebramos una pequeña fiesta en la que será su peluquería (esperemos por largo tiempo), familiares, amigos y conocidos.
Ahora vienen días de incertidumbre y mucho trabajo (despegar una empresa es difícil, pero no imposible), así que desde aquí quiero mandarle mucho cariño y mucha suerte.
El local, pequeñito y aún sin terminar de decorar, tiene algunos toques diogeneros, hechos por ellos mismos, como toda una pared decorada con listones de madera, y un mostrador hecho con palets.
Puedes ver alguna foto del evento a continuación...