Se acaba el año. No hay vuelta atrás y parece mentira, lo sé, pero se acaba el año. ¿Soy yo o cada vez pasan más rápidos?
En fin, que toca hacer balance de los objetivos que me propuse a comienzo de 2015, y ver qué he logrado y qué he dejado sin hacer, porque estaba claro, que todo no sería posible.
Decorar mi casa: nos mudamos justo a punto de cerrar 2014 y cuando pensaba mis objetivos para este año, me movía todavía entre cajas de cartón y bombillas en casquillos. Mi prioridad era tener al menos el aseo principal montado, y lo cumplimos. Ahora estamos con el dormitorio principal y el salón, dándole vueltas y dando guerra. Objetivo cumplido.
Aprender caligrafía: Me compré un kit de caligrafía que, para ser verdad, todavía no he estrenado. He hecho algunas pruebas pero vamos, puedo decir con toda seguridad que objetivo no cumplido. No lo descarto para 2016.
Retomar salir a correr: Quería retomar esta sana costumbre, y durante la primavera y verano, la cumplí, saliendo 3 o 4 veces a la semana. La vuelta de las vacaciones fue tan intensa que lo fui apartando de nuevo, y ahora, lo he sustituido por caminar. De hecho, comencé el reto #hastalaluna (y ya superamos los 200km recorridos). Objetivo cumplido, pero para seguir durante 2016.