Lo primero, si es tu caso, no te sientas mal. Es muy habitual que ocurra esto, sobre todo cuando nos venimos arriba y nos proponemos objetivos que son muy bonitos, pero que dependen en exclusiva de nuestra motivación. Y a la primera de cambio en que las cosas se tuercen, o nuestra rutina cambia, esos objetivos se quedan en la cuneta. Yo, este año, y tras la incertidumbre que fue el año anterior, he dejado de plantearlo en modo objetivo (te cuento más aquí).
Hoy hablamos de cómo fijar objetivos bien definidos, y que te ayuden a que los puedas alcanzar. Esta entrada es algo larga, pero creo que puede resultarte útil, si quieres aprender a definir objetivos y a organizarte para ponerlos en marcha ¡y cumplirlos!
Algunos mitos a desterrar
Antes de nada, hay que quitarse de la cabeza unas ideas que a veces tenemos fijadas:
- Mito "hace falta prepararse previamente".
Nos autoconvencemos de que necesitamos X cosas o X preparación, antes de poder ponernos en marcha con el objetivo. Error. Es una forma de autoconvencernos para retrasar, aplazar, algo que nos intimida, o para lo que no nos sentimos preparados. Un ejemplo muy claro es el pensamiento de "el lunes comienzo la dieta", y con esa idea, hoy te pones las botas comiendo. Esto es procrastinar. Puedes saber más sobre procrastinación aquí. ¿Sinceramente? Nike tiene la respuesta bien clara: simplemente hazlo. No esperes al lunes, ni a mañana. Ponte a ello y comienza a recorrer el camino.
- Mito "Hay que aspirar a la luna".
Y luego, te queda grande.... Puede sonar desmotivador, pero no me malinterpretes. No puedes lograr correr una maratón si llevas años sin hacer ejercicio. Bueno, poder puedes, pero te va a costar mucho y es fácil que te rindas si no tienes más motivación. Puedes planteártelo, pero debes ser consciente de que todo requiere constancia, hábito y entrenamiento. No puedes plantearte empezar a correr y ese primer día, ser capaz de correr durante horas, como si nada. El camino se hace al andar.
Con esto, no quiero decir que no intentes aspirar a lo más grande. Al contrario, aspira a ello, pero planteándote hitos intermedios. De esto, te cuento un poco mejor, más abajo ;)
- Mito "Tengo que sufrir para que sea un reto y no quiero pasarlo mal"
Espera... ¿es que cumplir con tu objetivo es un castigo que alguien te ha impuesto? Si ves tu objetivo como una imposición, acabarás encontrando excusas para abandonarlo. Si no le ves la utilidad, ni es algo que realmente deseas, no pierdas el tiempo y táchalo de tu lista. Será mejor. No pierdas tu tiempo. Si realmente lo quieres, vas a hacer los sacrificios necesarios para lograrlo (o al menos, lo vas a intentar). Y los haces con ganas, porque tienes en mente tu meta.
- Mito "si fallas, no vales"
Y entonces, abandonas. Fallar no es malo, a no ser que sea en el paracaidismo (bien, chiste malo). Fallar implica que lo has intentado, y no todos los días vas a estar al 100%. ¡Pero no dejes que eso te desanime! ¿Que hoy has fallado? OK, eres humana. Analiza qué ha pasado, cuál ha sido la causa, y mañana ¡vuelve a intentarlo!
Fuente Pinterest |
Pasos para fijar objetivos (y no dejarlos abandonados)
Entonces,.... ¿cómo fijar correctamente un objetivo, para ponerlo en práctica?
1. Analiza el pasado
Es importante que te conozcas bien, y seas consciente de tu trayectoria. Puedes comenzar con tu lista de objetivos del año pasado por ejemplo. Analízalos, uno a uno, e indica si lo has cumplido o no, y porqué, en ambos casos. No te juzgues, simplemente, saca la información:
- ¿Qué querías lograr el año pasado?
- ¿Qué lograste? ¿por qué? ¿qué hiciste para lograrlo?
- ¿Qué está pendiente todavía? ¿por qué?
- ¿Mantienes alguno de los objetivos, este nuevo año?
- ¿Logré algo que no había contemplado a comienzo del año pasado?
- ¿Qué fue lo que me ayudó a lograr cada uno de los objetivos?
Presta especial atención a las respuestas a tus porqués.
2. Es el momento, fija nuevos objetivos
Escribe una lista de metas que quieres lograr, pero siendo más concreta. Es decir, no vale escribir "quiero adelgazar". El objetivo tiene que estar más claro. Para eso, hay que detallar correctamente los objetivos, según unas características, que vienen de las siglas SMART (en inglés).
- Deben ser específicos (S), lo más claros y concisos posibles.
- Deben ser medibles (M) para poder valorar al final si se cumplen o no.
- Deben ser alcanzables (A), es decir, deben suponer un reto, pero nunca resultar imposibles.
- Deben ser relevantes (R), importantes para ti, que realmente quieras lograrlo.
- Deben tener plazo temporal (T), para que no se alarguen en el tiempo, y estés años y años persiguiéndolos.
Ten en cuenta lo que te ayudó el año pasado, tus pasiones y deseos, y escribe tu lista, siguiendo esas características.
Volviendo al ejemplo de perder peso, un objetivo SMART sería "Quiero
perder 5 kilos para el mes de mayo de 2023, mediante una dieta
controlada por un médico y 3 sesiones de ejercicio en el gimnasio cada
semana, de una hora cada una". ¿No te parece que está más claro ahora? Pues se trata de crear tu lista así.
3. Crea metas intermedias
Pese a que los objetivos bien descritos nos parecen más sencillos, todavía podemos ayudarnos más, y hacerlos todavía más y más sencillos. Especialmente, porque si nos marcamos objetivos anuales, nos podemos dejar engañar por el plazo de tiempo. Parece que diciembre está aún muy lejos, pero ¿no te pareció que el año pasado pasó demasiado rápido? a mí me pasó volando, y si me relajo, pensando que todavía tengo 12 meses por delante, cuando quiera darme cuenta estamos ya en otoño, de nuevo. De hecho... mira el calendario. En fin. Para evitar sorpresas y facilitar aún más el lograr los objetivos, el truco consiste en hacerlos todavía más pequeños, es decir, crear metas a mitad de camino, mensuales o semanales.
Siguiendo el ejemplo de la pérdida de peso, descrito en el punto 2, podríamos fijar, por ejemplo:
"Adelgazar 1 kilo en el mes de enero", "Adelgazar 1 kilo en el mes de febrero" etc. ¿No crees que 1 kilo es más fácil de alcanzar que 5 kilos? El trabajo sigue siendo el mismo (5 kilos para mayo) pero a nuestra cabeza le parece menor esfuerzo, con lo que estarás con mejor disposición.
4. Crea tareas para cada objetivo
Porque por mucho que desgranemos nuestros objetivos, y nos parezcan asequibles, si no nos ponemos en marcha, no nos servirá de nada. Una manera fácil de ponerse en marcha, es crear una lista de tareas para esos mini-objetivos semanales, o mensuales. Estas tareas son sencillas, son claras, y puedes cumplirlas día a día.
Para seguir con el mismo ejemplo, podemos sacar tareas como: "pesarse el día 1 del mes", "pedir cita con un nutricionista para crear un menú a medida", "ir al gimnasio el lunes, el miércoles y el viernes, de X hora a X hora", "cocinar los platos del menú semanal", "revisión con el nutricionista el día 26 de marzo"... Con esta lista sabrás siempre qué toca hacer en cada momento.
5. Planifica tus jornadas y busca huecos para tus objetivos
Sí, lo entiendo. El día a día es complicado, tenemos trabajo, familias, horarios, ...y no podemos quitarle más horas al sueño (no debemos!) pero te lo diré con un ejemplo simple:
Si tu objetivo es "leer 10 libros este año", por muy objetivo de ocio que sea -por eso de que a lo mejor no lo consideres tan importante como pueda ser la salud o el trabajo, por decir dos ejemplos-, si nunca sacas un hueco para leer, está claro que no vas a alcanzar tu objetivo. Te podría decir lo mismo con cualquier otro objetivo que te pongas en mente. Si no le dedicas tiempo, no avanzarás. Es lógico ¿no?
Analiza tus horarios, tus huecos perdidos (por ejemplo, si vas a trabajar en tren, o pasas horas haciendo cola), o esos ratos en los que te enganchas al teléfono en las redes sociales y que sin darte cuenta te están robando tu atención. Intenta ver si puedes cuadrar en esos espacios perdidos algún espacio para avanzar en tu objetivo (horas de tren para ir al trabajo pueden convertirse en horas de lectura de libros; horas de navegar por las redes sociales pueden convertirse en horas dedicadas a estudiar o a recoger tu casa).
Otra opción es bloquear tiempo en tu agenda. Hacer que sea una cita obligatoria, del mismo nivel que cuando tienes una cita médica. Usa tu agenda o planner para hacerle un hueco en tu horario. Ponte recordatorios en el móvil. Tenemos muchas herramientas a nuestro alcance. Pero hazlo: de esta forma le estás dando importancia, valor.
6. Por último, registra tu progreso
Da lo mismo que uses un papel, un diario o una app específica. Anota tu progreso cada vez que des un paso en tu objetivo. Puede que sea una parte aburrida, o que no veas en inicio el uso que puede tener, pero créeme, que es una parte importante. ¿Por qué? te sirve de recordatorio sobre lo que quieres lograr. Te permite analizar qué te está funcionando y qué no, y dentro de un tiempo, cuando analices cómo va tu evolución, podrás cambiar aquello que no funciona. Por otra, te producirá satisfacción ver, dentro de un tiempo, todo lo que has logrado. Y eso es un chute de energía y motivación, porque ¡mira todo lo que has logrado!
Y tú ¿te animas a darle un repaso a tus objetivos? ;) Cuéntame tu experiencia en comentarios y si tienes dudas o preguntas al respecto.
Fuente: Pinterest |
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ooooh qué súper completo! estoy de acuerdo con lo de cuestionarse lo que pasó (o no) el año anterior. nunca me lo tomo en serio, a ver si este año me motivo de verdad :) lo comparto!!
ResponderEliminarGracias Irene! Espero que te sea de utilidad :)
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