Me gusta el otoño. No podría decir que
es mi estación favorita, porque en realidad lo que me gusta son aquellos días de
entre tiempo. Los cambios en la naturaleza, como los tonos cálidos (amarillos, anaranjados, marrones) en las copas de los árboles y en el suelo. Los días frescos, en los que se agradece llevar algo de ropa, pero sin llegar a pasar frío. Las tardes y noches de lluvia. También hay alguna cosas que no me gusta, claro, como que los días sean cada vez más cortos. Pero en general, es una estación que disfruto.
Lo malo de este tipo de días, con las temperaturas más frescas, o con tanta diferencia entre la mañana y la tarde, es que es más fácil pillarse un resfriado. O que la falta de tantas horas de sol, nos deje los ánimos un poco
bajos.
En esta entrada de hoy, he recogido una serie de puntos que considero importantes para mantener un cierto nivel de
bienestar durante el otoño, tanto en forma de prevención de la salud, como de ánimo (mental), y así disfrutar de estos meses de transición hacia el invierno.