Ahora que muchos han podido probar, a la fuerza, el teletrabajo,espero de veras que más empresas empiecen a valorar éste método de trabajo, pues es un buen método para facilitar la conciliación familiar y contribuir a reducir los gases de efecto invernadero generados por el transporte diario.
Como todo, tiene sus fans y sus detractores, y (obviamente) no es jauja, ni vale para todo tipo de trabajos. Los que son puramente administrativos, en los que tu única herramienta es un ordenador, son los primeros y más fáciles de adaptar a este medio.
Lo que sí ha permitido este teletrabajo a la fuerza, ha sido que muchas personas lo experimenten, personas que antes no lo valoraban (he oído de todo, hasta decir que estar trabajando desde casa no era trabajo, porque, en fin, ya sabes, estás en casa), han podido comprobar cómo sí que se puede, y las partes más duras de éste (como la desconexión, la dificultad de concentración si no tienes práctica, o el problema del sedentarismo).
También, y al ser cosa de un día para otro, muchos han tenido que improvisar su espacio para teletrabajar, y es que muchas de nuestras casas no están preparadas para ello (algo lógico, si no es algo que nos hemos planteado). Un lugar mal planteado para trabajar acarrea problemas físicos, desde el más rápido de notar, como es el dolor de espalda, a problemas a largo plazo, como por ejemplo, la pérdida de vista.
Así que, si tras este periodo, tú o tu empresa se está planteando darle una nueva oportunidad al teletrabajo (o eres de los que van a alargar el periodo por el virus), aquí van una serie de consejos para preparar tu espacio de trabajo, de la mejor manera posible.