Hoy quiero continuar hablándote de los objetivos, con una buena práctica que creo muy necesaria para llegar a buen puerto: la revisión temporal.
Quiero aclarar, antes que nada, que esta revisión no tiene porqué hacerse el 31 de diciembre, ni mucho menos. Cualquier momento es bueno para pararse un momento, salir del camino, por así decirlo y mirar si lo que estamos haciendo es lo más adecuado. Lógicamente, si tienes por costumbre plantearte cosas que quieres hacer, al comienzo del año, es una fecha más que lógica para hacerlo. Por eso, este artículo lo escribo con esta fecha y propósito en mente, pero por favor, siéntete libre de aplicarlo cuando mejor consideres (te animo a hacerlo en diferentes momentos del año, de hecho)