Empezamos con una frase rotunda: Descansar es una de las acciones más útiles que puedes hacer para ser productiva. Voy a profundizar en ella...por que soltar frases así, sin más, no es lo mío. Y si estás aquí, es por que te gusta aprender cosas nuevas.
Vivimos en una época donde el estrés crónico es algo, por desgracia, habitual. ¿Cuántas veces no te has sentido sobrepasada, fatigada? Ya hablaremos del estrés más adelante, largo y tendido, pero hoy quiero hablarte de la importancia del descanso.
El estrés es una respuesta fisiológica que tenemos desde el origen del ser humano, para responder de forma rápida y sobre todo, puntual, a un estímulo (generalmente, nos atacan, o vamos a atacar nosotros). Entonces, cuando nuestra supervivencia dependía de ello, era muy útil. Nuestro cerebro da la orden de segregar hormonas que hacen que nuestro corazón bombee más rápido, nuestros músculos reaccionen y nuestra mente esté alerta. Una vez pasado el peligro, volvemos a la tranquilidad.
Pero nos encontramos en un contexto donde nos sentimos presionadas a ser 100% productivas, a dar el 200%, a rendir más, mejor y más rápido. La mayor parte de nosotros, vivimos además en ciudades, que son una fuente constante de estímulos e información (escaparates, anuncios, ruido), que saturan nuestros sentidos.
Tenemos también en nuestra mano una fuente constante de entrada de información, nuestros teléfonos móviles, que hacen que desconectar sea todo un reto (¿quién no se ha llevado el móvil al wc y se ha puesto a ver las redes sociales?). Muchas veces nos quejamos de que no tenemos tiempo para descansar (o para hacer cosas), pero luego nos enganchamos al móvil y sin darnos cuenta, nos come minutos (incluso horas) de nuestro día, dedicándolo a cosas que en realidad no nos aportan nada, y solo ayudan a seguir saturando a nuestra mente.
En ciertos ambientes se nos ha vendido también la idea de que, si le quitamos horas a nuestro sueño, podemos rendir más o incluso, ser una persona de éxito (por ejemplo, un estudio de 2015 sobre hábitos de sueño de celebridades -como Elon Musk, Jeff Bezos o Barak Obama- revelaba que 1 de cada 2 personas de éxito, dormía menos de 6h) ¡JA! me río solo de pensarlo. Si yo sigo quitando horas de sueño, no soy una persona de éxito, soy un despojo andante. Dormir no es una pérdida de tiempo, todo lo contrario, nos permite recuperarnos, y eso influirá en nuestra memoria, en nuestra creatividad y salud a largo plazo.
La consecuencia más directa de no dar descanso ni a la mente, ni a nuestro cuerpo, es que nuestro estrés se vuelve crónico, y ahí es donde está el problema. Este estrés crónico va a generar una serie de cambios fisiológicos, que no vas a ver hoy, pero sí a medio y largo plazo. Tener dificultad para concentrarse o memorizar datos, cambios bruscos de ánimo, mala calidad del sueño, baja motivación y mucha ansiedad, son solo alguno de los síntomas que se relacionan con este problema.¿Te suena alguno de ellos?
Por desgracia, a mí sí. Y no es nada agradable.
Nuestro cuerpo es inteligente y nos manda señales cuando algo va mal. Si nuestro sistema inmune tiene dificultades para defendernos, nos alertará, por ejemplo, con la sensación de estar fatigados. Si no le ponemos remedio, y reducimos esos niveles de estrés, acabaremos con problemas físicos que nos costará mucho más corregir, o serán irreversibles.
El descanso debe entenderse como una forma de prevenir nuestra salud física y emocional, nunca como un privilegio.
"Cuidarnos para seguir cuidando"
¿Cómo implementar el descanso en nuestro día a día?
En tu jornada de trabajo (o de estudio, que también es aplicable), seguir la técnica Pomodoro puede ser una forma sencilla de implementar esos descansos. Nuestra atención sostenida no dura mucho más de 90 minutos (mucho menos si estamos agotados). Por tanto, es ideal realizar un descanso o parada cada esos minutos, para mantener nuestra concentración. Esas pausas dan un respiro a nuestra mente.
Te recomiendo leer más sobre esa técnica aquí.
Desconectar al final de la jornada de trabajo, también es importante (y desde hace poco, por fin un derecho legal). Por eso mismo, las vacaciones son un momento que no debemos despreciar. Nos permiten un cambio radical de las rutinas, de los madrugones, o de las preocupaciones del trabajo.
Hay pequeños cambios que puedes hacer para facilitar esa desconexión, como puede ser, delegar tareas, apagar tu móvil (o quitar las notificaciones), definir un momento concreto al día para ver tu correo electrónico (y no mirarlo entre horas)... Dejar las preocupaciones del trabajo de lado (aunque sé que muchas veces es MUY difícil), y dedicar tiempo a hacer otro tipo de actividades, como deporte, estar con tu familia o amigos, tu casa o algún hobby, ayudan a mantener a tu mente ocupada sin pensar en esos temas.
Otro aspecto importante es poder dormir bien. Arianna Huffington dice en su libro "La revolución del sueño": "El sueño es el sustento de nuestro bienestar, necesario para recargarnos completamente, ser productivos y creativos, y estar verdaderamente conectados durante el día con otras personas y con nosotros mismos."
Con dormir bien no me refiero a "tener que dormir 8 horas" como se pensaba hace un tiempo. Está demostrado que cada uno tienen sus necesidades de horas, unos más, otros menos. Al final, lo importante es dormir lo que tu cuerpo necesite y sobre todo, sueño de calidad, reparador. Por ejemplo, dormir sin interrupciones, o haciendo siestas durante el día, ayudan más a tu descanso, que dormir 10 horas de poca calidad.
Escucha a las señales de tu cuerpo: si necesitas café para rendir, es que no estás durmiendo suficiente.Trabaja en una rutina de desconexión por la noche, sin aparatos electrónicos. Y si necesitas reajustar tus horarios, ve poco a poco (cada día, mueve la hora de acostarte o levantarte, 5 minutos), en vez de un cambio brusco, para ir acostumbrando a tu cuerpo.
Hablamos sobre dormir bien, en este post.
Por último, tener ratos de no hacer nada. Literalmente, pasar tiempo a solas con tu mente, sin ver la tele, leer, hablar con alguien. La meditación es una gran herramienta para esto. Dedicar unos minutos a darle un respiro a tu mente, centrándote solo en una única cosa: tu respiración, aquí y ahora. Mirar el mar, el cielo, o cerrar los ojos y dejar que tu mente se relaje. Disfrutando el momento presente.
Un par de imprimibles y lecturas recomendadas
Quiero compartir contigo un par de imprimibles de Passion Planner que están relacionados con éste tema:
Además, de estas entradas del blog que podrían interesarte:
- ¿Demasiado cansada para trabajar?
- It's me time: ideas para desconectar
- Los ladrones de energía : identifícalos y ponles remedio
Por cierto...
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Photo by Ilham Rahmansyah on Unsplash
Estoy de acuerdo. El que inventó el trabajo no tenía nada mejor que hacer.
ResponderEliminarInteresantes aportes sobre la importancia del descanso. Saludos
ResponderEliminarHay un koan budista que reza: "Si vas a caminar, camina. Si te vas a sentar, siéntate". Intentar descansar con la cabeza preocupada y culpándose de no estar haciendo nada es un gran error: a la hora del reposo, cuerpo y mente tienen que descansar unidas.
ResponderEliminarHola compañera globera. Por aquí me trajo el viento, para saludarte.
ResponderEliminarÚltimamente duermo fatal,siento que no descanso. Pero la culpa es de la turnicidad, es imposible establecer rutinas teniendo horarios distintos cada semana. Este verano ha sido de locos, he llegado a tener los 3 turnos en una misma semana!!!
ResponderEliminarAsí no hay quien ajuste horas de descanso ni vida en general.
Gracias por estos post tan interesantes!!!!
Tienes razón. Para mi, una rutina es clave para descansar correctamente, y los turnos es todo lo contrario a tener una rutina, te rompen cada pocos días. Sí que sería útil tener una rutina de "desconectar" del trabajo a la vuelta de casa, que puedas aplicar de día o de noche, y que te permita relajarte. Las manualidades son una buena forma durante el día de desconectar la cabeza y tener las manos "ocupadas" pero seguro que ya haces cosas que te ayudan.
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