Menú principal

sábado, 2 de marzo de 2024

Cómo motivarte a hacer decluttering de una vez por todas



Hoy vamos a hablar de la acción de despejar una estancia, a fondo... o lo que se llama en inglés declutter. Permíteme que me exprese en esta ocasión con ese término inglés, pues no encuentro una traducción corta y que exprese lo mismo (Si sabrías cuál es, ¡por favor! compártelo en comentarios pues me encantaría conocerlo). Me suele salir “purgar” pero no sé si expresa correctamente lo que busco. 

Como ya te he contado en los últimos meses, este año estoy poniendo foco en el hogar, y en hacer un declutter en él. Es algo que llevo tiempo queriendo hacer, y que creo que la maternidad ha acelerado, y la pandemia ha terminado de hacerlo salir. 

Aunque te reconozco que el proceso va más lento de lo que me gustaría (trabajo, familia y vida en general se comen el 99% del tiempo), he hecho algunos buenos avances y, aunque lenta, sigo en mi periplo. 

Y es que la acumulación de objetos y las estancias recargadas tienden al desorden con mayor facilidad, que una estancia con menor acumulación. Es de cajón, vamos. Por no hablar, que a cuantas menos cosas, menos tardas en limpiar. 

En fin... mi historia con la acumulación viene de nacimiento, prácticamente. Siempre he sido acumuladora. Todo tiene un fin, un uso. Siempre hemos bromeado en casa con que tenía un inicio de diógenes. Y con los ordenadores, más de lo mismo (diógenes digital, en este caso). 

Pero como te digo, en estos últimos meses, y quizás por la situación de saturación y ansiedad que estaba viviendo, necesitaba dar un cambio. 

Te confieso que llevo meses empapándome de otras personas, en cuanto a llevar una vida más minimalista. No creo que llegue al extremo de los casos que puedes encontrar en la red, pues no siento que vaya conmigo, pero reconozco que me atrae ese no apego material

Y como todo, en esta vida, es un proceso y un camino, he decidido recorrerlo, con intención. 


Cómo motivarte a realizar un proceso de decluttering en casa

Principalmente, creo que necesitas que tu motivación sea intrínseca, que te nazca de dentro vamos, y no porque esté de moda. 

Por tanto, es muy recomendable analizar por qué quieres hacerlo. Quizás sea para ganar espacio libre, para ganar tiempo (menos tiempo limpiando todas las semanas), o para tener más sensación de paz en casa. O porque tienes una mudanza que hacer, y no quieres llevarte cosas que nunca usas. 
Cuando encuentras tu motivación, es más sencillo sacar tiempo para darle prioridad, en vez de procrastinar en la tarea. 

Una vez tienes claro tu motivo, puedes organizarte al igual que te fijas un objetivo en cualquier otra área de tu vida. De hecho, usar esta técnica te puede resultar muy sencillo, ya que es algo tangible

Estos son los pasos:
  1. Define bien qué quieres conseguir. Puede ser Organizar el trastero, organizar tu armario, o toda la casa... lo que necesites.
  2. Pon un plazo, para cuándo querrías tenerlo hecho. 
  3. Detalla los pasos intermedios (sobre todo si vas a hacer un proyecto tan grande como "la casa entera"). Puedes organizarte por estancias (dormitorio, cocina, salón...) o por categorías de objetos (ropa, libros, menaje, papeles...).
  4. Traslada estos pasos, en acciones concretas, en tu planificación: ¿cuánto tiempo quieres dedicar cada día/semana a este proyecto? 
  5. Crea varias pilas (pueden ser bolsas o cajas) para organizar lo que vas sacando. Te lo cuento un poco más abajo.  
  6. Fija un premio para el final (a ser posible, que no implique meter más objetos en casa). 



Uno de los mayores frenos que te puedes encontrar es que solo la idea de ponerte a organizar te resulte AGOTADORA. Vamos, que no hay manera de encontrar las ganas de ponerte a ello, y lo acabas procrastinando siempre. 

En estos casos, insisto: trabaja en tu para qué. Si no tienes una razón importante detrás, nunca sacarás las ganas para ponerte a ello. Tiene que ser el motivo que te sirva a ti, y solo a ti. Puede ser desde "estoy embarazada y necesito hacer espacio al bebé" a algo más superficial en apariencia, pero que te importa de verdad "quiero grabar vídeos para youtube y necesito tener el entorno ordenado". Da igual cuál sea tu motivo, siempre que sea importante para ti

Además, no tienes por qué hacerlo en plan "paliza", donde dediques un día o un fin de semana al completo, a esto, si no quieres. A lo mejor te interesa hacerlo más de poco en poco, cada día avanzando un cajón, una caja, o una categoría. Para estos casos, puedes incluso usar la técnica del reloj. Programa 20 minutos en tu reloj, y dedícalos en exclusiva a organizar esa parte que has decidido. Puedes pensar que en 20 minutos no te da tiempo a hacer nada, pero te sorprenderías. 

Abraza la idea de que hacerlo poco a poco no es malo. Tomar acción, aunque sea a pequeños pasos, es progresar en tu objetivo. 

Otra forma de ayudarte a sacar motivación es hacerlo entretenido. Ponte música o un podcast, haz que sea un reto (en internet encontrarás cientos de retos con listas de categorías para ir organizando, como 30 días, 30 cosas; el reto del mes de Minimalism o listado por estancias de categorías que puedes organizar). 


Qué preguntas puedes hacerte para deshacerte de cosas

Si te pasa como a mi, que tienes todavía mucho apego o todo tiene potencial, estas preguntas a lo mejor te son de utilidad:
  • ¿Te hace feliz? (la famosa does it spark joy?de Marie Kondo)
  • Si tuvieses que mudarte a otro país ¿te merece la pena llevártelo? (para mi, esta es mucho más potente que la de la Kondo). 
  • Si lo necesitase en el futuro ¿podría encontrarlo en algún lado? (es decir ¿es fácil y económico de sustituir? ¿quizás puedes pedirlo prestado a alguien?)
  • ¿Lo he utilizado en el último año? (y si te has mudado y todavía lo tienes en una caja ¿lo has echado de menos en los últimos meses?)
  • ¿Tengo pensamiento de usarlo en el corto plazo? 
  • Si estuviese comprando ahora ¿lo volvería a coger? (esta es otra de las que más me hago, cuando dudo)
  • Si está roto ¿merece la pena arreglarlo?

Lee más sobre este tema: el método de Marie Kondo

¿Por qué es bueno poner en práctica?

La mayoría de nosotros sufrimos cuando tenemos que dejar ir nuestras posesiones. Hemos generado una situación de apego hacia algo material durante toda nuestra vida, y dar el paso contrario resulta como poco abrumador. 

Pero dejar ir, es ¡tan liberador! que merece la pena intentarlo, aunque sea solo un poquito.

Cada objeto que tenemos nos aporta algo, práctico o abstracto. Saber qué es eso que nos está aportando es la clave para poder realizar este proceso. 

Por ejemplo:
  • Seguridad (hola, montón de los por si acasos...). Este tipo de objetos están haciéndonos sentir una (falsa) sensación de seguridad ante una incertidumbre (tengo X por si acaso pasa Y)... y bueno, habrá objetos que sí, te servirán pero la gran mayoría, es solo una idea que nos hemos contado. 
  • Confort o placer. Lo hemos hablado muchas veces: nuestra mente buscará siempre la forma más cómoda, fácil y de más placer. Así que llenamos nuestra vida de objetos que nos proporcionan ese segundo de bienestar, frente a la alternativa (estrés, incomodidad, etc). Lo malo es que muchas veces, es eso, que nos dan un bienestar temporal, más bien escaso. 
  • Auto-imagen: acumulamos objetos, prendas, etc buscando proyectar una imagen concreta (de éxito, atractiva, culta...). Creemos que no podemos ser "algo" sin ese complemento, pero en realidad esa auto-imagen, está dentro de nuestra cabeza, la creas tú, no tus posesiones. 
  • Nostalgia o cariño. Esos objetos que nos traen recuerdos y ciertas emociones. Muchas veces, regalados por personas que nos importan. Y nos sentimos culpables si tiramos el objeto, porque pensamos que "estamos haciendo un feo" a esa persona que tanto nos quiere. Pero no olvidemos que las emociones están ahí, en ti y en esa otra persona, y no en el objeto. 

Realizar una limpieza y organización a fondo nos ayuda anímicamente, ya que las superficies llenas de cosas crean una sensación de caos visual, de desorden mental, que nos genera ansiedad. ¿Has notado si hay relación entre los días que tienes la casa desordenada, y los días que estás apurada y sientes que no encuentras las cosas? ¿Qué necesidad tienes de sumar pequeños momentos de estrés en tu vida? Ninguna, ¿verdad?, que ya bastante tenemos. 

El desorden en tu dormitorio afecta también a tu descanso, aunque no seas consciente de ello. Y si no descansas bien, estarás más cansada, e irritada durante el día, lo que nos llevará a ... sí, estrés de nuevo :P

Lo bueno es que las pequeñas dosis de orden también nos ayudan psicológicamente, dando un pequeño empujón de ánimo, por ejemplo con cosas tan sencillas como hacer la cama por la mañana. 

Lee más sobre este tema: la regla de los dos minutos 

Además, las cosas por en medio son hilos abiertos en nuestra cabeza, que están funcionando, aunque no queramos, en segundo plano. Nuestra mente necesita dar por concluida una actividad, para olvidarse de ella, si no, quedará abierta, como si fuera una pestaña más de nuestro navegador, con lo que eso implica (¡hello, agotamiento mental!), además de sumar la sensación continua de no terminar las cosas, que genera frustración, afectar a nuestro autoestima y puede derivar en depresión.

Un primer paso a realizar para abordar esos hilos abiertos es hacer cada día un vaciado mental por escrito (digital o analógico), da igual el formato, siempre que sea un mismo sitio siempre. Por ejemplo, tu libreta donde anotas tus tareas pendientes, tu agenda o App de notas. 

Por último, y esto es de lo que más me deja en shock, se ha encontrado relación entre el caos en casa y el ganar peso. Mi mente cuando leí acerca de esto, explotó en mil pedacitos. Aunque viene siendo más de lo mismo, pero no me paré a pensarlo nunca: si te sientes sobrepasada, tienes sobrecarga mental, estrés o ansiedad, tu cuerpo estará generando cortisol. Tu cuerpo demandará alimentos grasos, que proporcionen altas dosis de energía, porque tu cerebro primitivo está en modo supervivencia (y por aquel entonces, era necesario tener energía para huir del peligro que te acechaba), pero ahora, en vez de ser algo puntual, se vuelve crónico. Tu cabeza te seguirá pidiendo esas comidas menos sanas porque es su naturaleza. Pero tu cuerpo no quemará todo lo que ingiere, porque en vez de correr 200 metros delante de un león, estás viendo la tele entre montones de cosas, por decir algo. 

Hacer esta limpieza a fondo, es además un buen hábito que incorporar al largo plazo. Quizás sea necesario hacer un primer acercamiento más intenso, donde organices y elimines todo aquello que te sobra, pero es igualmente beneficioso establecer una rutina de mantenimiento, sobre todo para evitar una nueva acumulación. 

Es decir, establece ciertas rutinas, como no comprar por comprar, solo porque está de oferta, si realmente no lo necesitas, programa ratos para ponerte al día de forma periódica, o clasifica según entra en casa (esto es útil para el papeleo).


¿Cómo clasificar los objetos y qué hacer con ellos?

Para ponerte en faena es bueno tener un mínimo de 3 pilas o montones, donde ir clasificando: tirar, guardar o donar. 

A mi me gusta ir un poco más al detalle, y tengo una clasificación un poco más amplia:
  1. La pila de guardar: esto es lo que me quedo. El objetivo de esta pila es que tan pronto termine de clasificar lo que tengo entre manos, tengo que vaciar esta pila, dejando cada cosa en su sitio. Importante: TODO debe tener un sitio, de esta manera siempre podremos ordenar. 
  2. La pila de arreglar: aquí dejo todo lo que necesito reparar para seguir usando. La idea es vaciarla y ponerte en acción con ella tan pronto sea posible. 
  3. La pila de "devolver": es habitual que tengamos cosas prestadas en casa, por ejemplo, la ropa infantil, que pasa de primos a primos. La idea es que esta pila salga de casa tan pronto sea posible, para que no ocupe espacio. 
  4. La pila de vender: hay cosas que están en muy buen estado y pueden tener muchas más vidas, así que las tenemos a la venta en Vinted o Wallapop. La idea es, tan pronto termine de clasificar y guardar, hacer fotos y crear los anuncios para estos objetos. Algo "nuevo" que hemos establecido, es tener los objetos un máximo de 6 meses a la venta. Si en ese plazo no han tenido interés, pasan a la siguiente pila: la de donaciones. 
  5. La pila de donar: Aquí dejamos cosas que sabemos que son útiles, que están en buen estado, y que sabemos dónde las pueden recoger (por ejemplo, sábanas viejas en las perreras, ropa de abrigo en los albergues...). Esta es la que más suelo tardar en vaciar, pues normalmente suelo esperar a tener una bolsa completa para poder entregar. 
  6. La pila del reciclado: No podía faltar, la pila en la que separamos residuos, que sabemos que recogen en el punto limpio municipal, y que por tanto, podemos reciclar. Esta pila se vacía una vez a la semana.
  7. Por último, la pila de tirar: Aquellos objetos que no son reparables, ni reciclables. Esta pila se vacía justo cuando acabo de clasificar, lo antes posible, para ir haciendo espacio.



¿Qué te ha parecido? ¿Te animas a llevar a cabo un proceso así en tu casa? ¿Qué frenos sueles encontrar habitualmente?

¡Comparte tu experiencia en comentarios!

¿Te gustó esta entrada?  Compártela en redes sociales con #slowplanning ¡y etiquétame para verte!

1 comentario:

  1. ¡Hola, Sara! formo parte de la iniciativa 'Seamos Seguidores', y ya te sigo.
    Decirte que tienes un excelente contenido.
    Te dejo el enlace de mi blog por si te apetece pasarte por él, seguirnos y comentarnos.
    Saludos desde blueshendrix.blogspot.com
    ¡Nos leemos!

    ResponderEliminar

Gracias por pasarte por aquí :)