Tecnoestrés, FOMO... ¡ojo, cómo comienza este post! Pero tranquila, poco a poco vamos a ir desgranando todos estos palabros.
El "FOMO" o Fear of missing out, es la sensación de estar perdiéndonos "lo bueno", la información, las oportunidades, modas, o actividades. Es eso que nos impulsa a ir a hacernos la misma foto que la influencer de turno, en el mismo local de moda. A estar horas enganchadas viendo instagram o twitter. O a consumir compulsivamente noticias cuando nos encierran por un virus desconocido. Pero no es una sensación buena, en el fondo, nos hace sentirnos infelices y vacíos.
El tecnoestrés (o estrés digital) es una enfermedad moderna, de adaptación, que provoca incapacidad para enfrentarse a las nuevas tecnologías de forma saludable (Craig Brod, 1986). El uso prologado de pantallas puede llevarte a sentirte más cansada o abrumada, con síntomas compatibles con el estrés o la ansiedad. Aparece el llamado "FOMO", tu capacidad de atención y memoria se reduce, y empiezas a experimentar síntomas físicos (como dolores de cabeza, musculares), fatiga mental, que encajan con cuadros de estrés, empiezas a experimentar aislamiento social, ataques de ansidad, y a la larga, puede incluso que depresión. Vamos, que es algo serio.
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Antes de nada, recordarte que este blog es puramente informativo, y yo no soy (ni intento hacerme pasar por) una profesional de la salud. Si tienes cualquier sospecha de problemas físicos o mentales, por favor, acude a un profesional (médico o psicólogo), para que puedan ayudarte. A veces es necesario pedir ayuda.
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El teletrabajo puso sobre la mesa una realidad: nos cuesta desconectar de la tecnología. Los datos de los estudios(*) confirman que el 31% de los Millenials y el 29% de la Generación Z, sienten un gran estrés por estar todo el día conectados. El tecnoestrés está asociado a 3 aspectos (y permíteme que use los palabros que vas a ver a continuación): la "tecnoansiedad" o cuando los altos niveles de activación fisiológica provocan tensión y malestar, vamos, sentir ansiedad por el uso -o el mal funcionamiento por ejemplo- de la tecnología; la "tecnofatiga", que la provoca el cansancio mental provocado por el uso continuo; y la "tecnoadicción", el deseo compulsivo de estar conectado en todo momento.
Algunas pistas de que podrías estar sufriendo "FOMO":
- Dices "sí" a planes, cuando en realidad te gustaría decir que "no"
- Navegas sin parar por las redes sociales, para ver qué están haciendo y compartiendo otras personas
- Miras tu móvil cada dos por tres, a ver si tienes notificaciones, emails, ...
- Compras cosas que no puedes permitirte, para seguir el ritmo a los demás
- Compras cosas que están de moda, aunque sean de mala calidad, solo porque los usa "fulanita"
- Te estás comparando con otr@s, y criticando continuamente
- Te pasas la vida intentando hacer de todo (y eso te agota)
¿Te reconoces en alguna?
¿Qué podemos hacer para reducir el tecnoestrés y dejar el "FOMO" a un lado?
- Limita tu uso de tecnología (especialmente teléfono móvil). Está muy bien llevarlo encima todo el día con la idea de estar "disponible" por si hay una emergencia, pero nos lleva a responder y reaccionar a cada notificación que nos salta en la pantalla, y por tanto, nuestra atención salta de la realidad que tenemos delante, a nuestra pantallita, cada momento. Pon límites al uso (busca ese momento para ponerte a navegar en redes, ver tus emails, etc, controlando el tiempo que quieres estar haciéndolo) y gestiona las notificaciones que te van a saltar en tu pantalla del móvil - puedes elegir de qué aplicaciones mostrar y de cuáles no-).
- Haz un "detox digital". Tú eliges ,la duración (una tarde, un día, una semana, ¡un mes!). Durante ese tiempo, no uses tus pantallas, y pon tu foco en tu entorno y en lo analógico. Te ayudará a pasar tiempo con los tuyos, o incluso a ponerte con ese proyecto que siempre querrías sacar tiempo, pero nunca acabas haciendo.
- Elige bien a qué ideas y planes vas a decir que sí. Tenemos tendencia a sobre-comprometernos, especialmente cuando son planes a largo plazo (será problema de mi yo futuro). Elige bien a qué vas a decir que si, ya que si te cargas de planes que no te apetecen, no podrás dedicar tiempo a aquellas actividades que sí te interesan. Piensa antes de responder, y si vacilas un poco, di que no.
- Tómate un descanso. Últimamente hablo mucho de este tema, pero es que ¡ay! es TAN importante. Necesitamos descansar, alejarnos de nuestras tareas y vida ajetreada de vez en cuando, para recargar energías. Cada cuál, a su modo. Algunos son más de moverse y hacer deporte, otros de estar en plena naturaleza, otros de estar a solas, quizás leyendo, cualquier plan es bueno, si te funciona.
- Profundiza en aquello que es importante. La mentalidad del FOMO es intentar abarcarlo todo. Pero seamos realistas, eso es imposible. Elige en qué te quieres centrar, en aquellas experiencias, tareas, o momentos, que realmente te aporten (quizás sea eventos con personas que más te llenen, o incluso tareas que más te acerquen a tu objetivo), y pon tu foco en ellas, en unas pocas.
- Practica el agradecimiento. La mentalidad del FOMO está centrada en la falta (me voy a perder XXXX). No prestamos atención a lo que ya tenemos, sino a lo que nos falta. Pero cuando empezamos a poner atención en lo bueno que tenemos, en lo bueno que nos pasa, con ejercicios de agradecimiento, dejamos de buscar constantemente aquello que no tenemos. Nuestro foco cambia, y crece la sensación de estar completas
- Nada de pantallas antes de dormir. La luz azul de las pantallas es la enemiga número 1 de nuestras noches de descanso (OK, vale, los bebés y niños pequeños, también). Reducen nuestra producción natural de melatonina, y alteran nuestros ritmos circadianos. Desconecta al menos una hora antes de irte a dormir, y verás poco a poco cómo mejora tu descanso.
- Haz limpieza digital. Elimina todas esas apps que te distraen y no te aportan nada; ficheros que acumulas y que nunca vas a usar -y posiblemente necesitar-; suscripciones a emails que no te aportan (espero que "La cartita de los domingos" de este blog no sea una de ellas, pero si lo necesitas, hazlo, no me enfadaré, lo juro), o cuentas en páginas que ya no usas.
- Evita las multitareas. Si estás en tu móvil / ordenador, céntrate en la tarea que tienes abierta. Evita todo lo posible la multitarea, que consume recursos (tu ordenador irá más lento) y también consume tu foco (te costará mucho más centrarte si vas saltando de una cosa a otra).
- Intenta evitar usar el teléfono cuando estés con otras personas. Cuando paseo, me fijo en la cantidad de "chavales" que quedan entre ellos, y están sentados juntos, cada uno con su móvil, o incluso parejas cenando juntas, y aisladas en sus pantallas, en vez de conversando. En casa, este es una de las áreas que estoy intentando mejorar, sobre todo para poder dar buen ejemplo a mi hija: intentando estar presente al 100% cuando estás en compañía de las personas que te importan, prestándoles atención (en vez de a la pantalla).
En conclusión
Tenemos en las manos una herramienta fantástica pero con un poder de atracción difícil de vencer. Pero con un poquito de esfuerzo, y sobre todo, tomando mucha consciencia de lo que estamos haciendo, podremos tener esa desconexión digital que necesitamos. Nos aportará mejoras en las relaciones, mejoras en nuestro bienestar (físico, mental y anímico), y mejorará también nuestra productividad.
¿Tú también estás enganchada a la tecnología? ¿Te atreves a ponerte este reto?
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(*) Estudio de Sodexo Beneficio e Incentivos "El mix generacional en las empresas españolas".
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