Hoy vamos a profundizar en un concepto esencial para nuestro bienestar, pero que a menudo se queda en la superficie: el auto-cuidado o self-care.
Es común asociar el auto-cuidado con baños de burbujas y mascarillas faciales, es lo que nos han metido a cajón en revistas, redes sociales o películas, pero quedarse en esa idea es como leer solo los titulares de una noticia y pensar que ya se sabe todo. Es una visión superficial que, aunque es agradable a corto plazo, no nos vamos a engañar (¿a quién no le gusta un masaje?), no cubre todas nuestras necesidades a largo plazo.
El auto-cuidado es una serie de actos intencionales, de cuidarte a ti misma física, mental y emocionalmente. No es indulgencia, es parte de tu crecimiento.
El auto-cuidado ayuda a mejorar la salud, aumentar la productividad y prevenir el burnout.
¿Qué es auto-cuidado para ti? Es posible que la cultura en la que nos encontramos te haya metido en la cabeza una idea muy superficial y concreta (y posiblemente, asociada al consumir). Pero realmente, no debe ser algo que esté de moda, o que te suponga un sobrecoste.