Cada enero llega con una sensación de reinicio. Sin embargo, no es raro que los propósitos de año nuevo se abandonen incluso antes de que finalice febrero (los datos demuestran que el 80% se han abandonado a 1 de febrero ¡80%!). Pero ¿y si en lugar de fijarnos metas apresuradas, optamos por un enfoque más pausado y consciente? Este año, te invito a replantear tu manera de planificar: adopta el slow planning, un método que prioriza la reflexión, la intención y el bienestar a lo largo del camino.
Vamos a recorrer juntas los pasos para construir un plan anual que te alinee con tu ritmo, tus valores y tus prioridades, asegurando que cada meta contribuya a una vida más plena y significativa.